lunes, 20 de abril de 2009

LA SOMBRA DEL PODER VS EL PODER EN LA SOMBRA

Ayer fui a ver La Sombra del Poder, un film de Kevin Macdonald en el que se denuncia la corrupción política en EEUU referente a la privatización del ejército. Dos periodistas descubren la escandalosa trama de secretos que amenazan el poder. Merece la pena, es una buena película con un guión bien hilado, un reparto de lujo con Russell Crow, Ben Affleck , Helen Mirren y Rachel McAdams.



No tenía idea de que empresas de mercenarios de USA se encargaran de ciertas misiones en Irak, Afganistán y otras zonas de conflicto. Y la curiosidad me llevó a buscar algo más, hay mucha información al respecto en prensa no alineada pero no en los medios masivos de comunicación,. Las empresas de seguridad están proliferando por todo el mundo gracias a la inoculacion sistemática y pertinaz de grandes dosis de MIEDO por parte de los señores de la guerra. Hay videos en youtube de otra empresa británica de mercenarios disparando contra civiles por acercarse a menos de 100 m a los coches de esta oraganización, Aegis cuyo lema insultante es "securing a better future". Tal vez sean cosas que es mejor que permanezcan en la sombra. La administración Bush pagó millones de dólares a la empresa Blackwater para gestionar la seguridad de los diplomáticos en destinos como Irak, Afganistán o Israel, pero a esta empresa también se la pagaba para misiones que son potestad de un ejército e incluso en después del Katrina intervinieron con un ratio de beneficio más allá de lo correcto.

Obama ha decidido cambiar a Blackwater por Triple Canopy, otra empresa de mercenarios a sueldo. Tendremos que estar atentos a los movimientos del poder en la sombra.

Entrevista de NÚRIA NAVARRO a JEREMY SCAHILL autor de BLACKWATER (Mayo de 2008)

"Blackwater es la guardia pretoriana de elite para la ‘guerra global contra el terror,’ con su propia base militar, una flota de veinte aviones, y 20.000 contratistas privados listos para entrar en acción. Dirigidos por un conservador cristiano multimillonario que financia al presidente Bush y a sus aliados, sus fuerzas son capaces de derrocar gobiernos.”

— ¿Qué es Blackwater?
— Es una empresa estadounidense que ofrece servicios militares de seguridad. Fue fundada en 1997 por Erik Prince y entrena a 40.000 personas al año. Es la contratista privada más importante del Departamento de Estado de EEUU, y sus mercenarios son responsables de la mayoría de los desaguisados en Irak.

— ¿De dónde sale Erik Prince?
— A los 18 años trabajó en la Casa Blanca de Bush padre y se quejó de que no era lo bastante de derechas. Se empleó en organizaciones cristianas radicales —él y Bush son como Bin Laden, usan la religión para justificar la violencia—, pero hizo su carrera en el cuerpo de élite del Ejército norteamericano. Lo dejó en los años 90 para fundar Blackwater.

— ¿Hay razones para temerles?
— Los mercenarios de Blackwater no respetan ninguna ley. Y cuando cometen un crimen, no les pasa nada. Asesinaron a 17 civiles iraquís sin motivo. El tiroteo duró unos 15 minutos. Mataron a un niño de 9 años de un disparo en la cabeza y abatieron a otros por la espalda cuando intentaban huir. En vez de juzgar a esos señores, la Administración de Bush los ha protegido. ¡Ha encubierto la matanza!

— ¿El Ejército regular no protesta?
— Altos oficiales consideran un ultraje las acciones de Blackwater. Ven que ganan muchísimo más dinero que ellos, y que llevan el logotipo de una empresa privada en vez de la bandera americana. Blackwater es como el Nike de las zonas de guerra. Eso es terrible para su moral. Pero hay otras razones para sus protestas.

— Cuáles?
— Cuando las fuerzas de Blackwater matan a iraquís, los iraquís se vuelven contra el primer americano que encuentran, que generalmente es un soldado americano.

— Sin embargo, no se habla mucho de esta organización.
— El mundo conoció a Blackwater en marzo del 2004, cuando cuatro de sus hombres fueron abatidos en Faluya. En vez de preguntar quiénes eran y por qué trabajaban para EEUU, Washington corrió la cortina. Yo me tropecé con ellos en Nueva Orleans tras el desastre del Katrina.

— ¿Qué hacían en Nueva Orleans?
— Me dijeron que evitar el vandalismo. Algunos venían de Irak y se quejaban de que no había suficiente acción. Blackwater cobró a los contribuyentes 950 dólares al día por cada hombre que trabajó en Nueva Orleans. Ganó más de 70 millones de dólares en las operaciones.

— Sin Bush, ¿se acaba Blackwater?
— Blackwater quizá saldrá de Irak por razones partidistas, porque a Obama y a Hillary no les gusta. Pero en EEUU la industria de guerra aporta mucho dinero a la financiación de partidos, tanto a los demócratas como a los republicanos. En los últimos 15 años, es la primera vez que la guerra es un negocio, y el negocio siempre es bueno.

— Habrá quien oponga resistencia...
— En EEUU no hay dos partidos, hay solo uno: el de la guerra. Así que veremos a Blackwater salir de Irak e ir a Suramérica a hacer la guerra contra el narcotráfico o contra cualquier otra cosa.

— ¿Son guerras fabricadas?
— Tanto demócratas como republicanos quieren reforzar la industria de guerra porque, si bien el Departamento de Estado no puede hacer contribuciones a los partidos, sí las pueden hacer las empresas privadas. Así que el Departamento de Estado contrata a esas empresas, que luego dan dinero a los partidos, ¿entiende?

— Sí. ¿Los mercenarios se mueven por patriotismo o por sed de mal?
— Blackwater intenta apelar al sentido del deber de los antiguos soldados. Algunos lo creen, pero también hay asesinos y soldados de países de Latinoamérica que se apuntan por razones económicas.

— Carne de cañón.
— Y la cosa crece. Actualmente, hay 630 empresas que trabajan para Bush en Irak, con 180.000 empleados de 100 países. Blackwater es una. EEUU gasta 2.000 millones de dólares a la semana en Irak y el 40% es para empresas de guerra.

— Usted anuncia un nuevo modelo bélico.
— ¡Ha empezado la privatización a ultranza de la guerra! Bush no podía ocupar Irak sin estos mercenarios. Le es más cómodo contratarlos. No quiere depender de la opinión de las democracias occidentales.
Lo cierto es que la coalición de naciones voluntarias que vimos en la primera guerra del Golfo se ha sustituido por una coalición de empresas que ganan más dinero con la escalada bélica. Es el fin de la diplomacia. Es un cáncer y se va extendiendo.

No hay comentarios: